En nuestra nueva serie “Charlas Frontales”,  conversamos con las personalidades más destacadas de la historia y de la actualidad del club El Frontón, con el objetivo de conocer su experiencia en el ámbito deportivo y social.

El ex arquero profesional y actual entrenador de fútbol masculino en El Frontón, Marcelo Pontiroli, hizo un 12 week muscle building program repaso por su carrera como jugador y como técnico en este ciclo de entrevistas.
A continuación, algunas de las declaraciones más relevantes:

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Sus comienzos
Cuando era chico vivía acá en San Andrés de Giles, entre Azcuénaga y Solís, y por cuestiones laborales cuando yo tenía siete años nos fuimos con mi familia a vivir a Buenos Aires. Cuando llegamos a allá empecé en un club de barrio que se llama Esparta y esa fue mi primera experiencia en una cancha.
Al año de eso un técnico me llevó a probar a Deportivo Español, y ahí estuve desde los 8 hasta los 25.

¿Siempre jugaste de arquero?
Si, no sé por qué. Me gustaba. También me gustaba jugar en el medio pero cuando había que jugar serio, atajaba. De chiquito jugaba con mi papá y mi hermano y usábamos la tranquera como arco.
Es un puesto muy lindo en lo personal y muy gratificante.

¿Cómo fue llegar a jugar en primera división?
El primer año en Deportivo Español no jugaba, iba al banco. En el segundo año empecé a ser titular y no salí más. Hice infantiles e inferiores hasta quinta división, y en cuarta división no juego porque me saltan para que vaya a tercera.
Cuando llegué a primera tenía 19 años. Antes era muy difícil llegar porque los movimientos de planteles eran mucho menores a lo que es actualmente. Estuve un año en tercera y el técnico me subió a practicar en primera: el titular era Pedro Catalano, el Flaco Vivaldo era el suplente y yo el tercero.
El entrenador nos empezó a alternar y empecé a ir al banco de primera; a los meses ya era segundo arquero. Esperé y esperé, Catalano no se iba nunca (ríe) tuvo un récord de partidos atajados hasta que llegó mi momento.

¿Cómo llegaste por primera vez a Argentinos Juniors?
Cuando tenía 25 años tuve un conflicto en Deportivo Español donde se hicieron mal unos contratos y seis jugadores quedamos libres. En ese momento estuvo parado el fútbol dos meses y entre los dirigentes se hablaba para que no nos contraten, y Argentinos me contrató igual y después pasó todo lo que pasó.
Tengo un cariño muy grande por el club y la gente hacia mi también, me lo manifiestan hasta el día de hoy.

¿Cómo surgió la oportunidad de irse a Portugal?
Fue terrible. Yo tenía ganas de probar otra cosa pero no llego en el momento que uno mejor estaba. Mi señora había perdido un embarazo hacía un par de años, estábamos haciendo tratamientos y no podía quedar embarazada. Habíamos hecho una fecundación in vitro cuando yo estaba terminando mi contrato en Lanús, y prácticamente al mismo tiempo la llama el doctor a ella para decirle que estaba embarazada y a mi, mi representante por el celular me dice que al otro día tenía que viajar a Portugal.
Fue bravísimo, pero bueno, viajé y mi señora pudo viajar a los tres meses. Tomé la decisión de volverme en diciembre, no me importaba si no tenía club. Gracias a Dios salió todo bien con el embarazo y nació Candela sin ningún problema.
Fue una linda experiencia pero hubiera sido hermoso si hubiera ido en otro momento.

Tras su paso por Varzim, volvió a Argentina para jugar nuevamente en Belgrano.
Yo hablaba muy seguido con un hincha del club y le comenté que me iba a volver de Portugal. Me dijo que estaban buscando un arquero porque estaban pasando una campaña muy mala y yo le dije: “loco, yo no tengo problema, me vuelvo”.

-¿En ese momento Belgrano estaba en la B?
Si, estaba en el Nacional B. Les dije que no me interesaba la plata, si a mi me pagaban el alquiler y un sueldo para vivir yo volvía.
Llegué a Argentina un viernes y el domingo me fui para Mar del Plata donde estaban haciendo la pretemporada.

Su primer paso por Quilmes
Se dio en una situación increíble. Mi último partido en Belgrano fue contra Quilmes, nosotros no jugábamos por nada y ellos estaban viendo si entraban a jugar la promoción con Argentinos Juniors.
Termina el partido y Gustavo Alfaro, el técnico de Quilmes, me dice: “Ponti, mirá que si ascendemos te traigo”, “bueno, no te olvidés” le dije. Fue la primera vez que hinché en contra de Argentinos.

La vuelta a Argentinos Juniors
Volví y jugué dos años. No sé si fue la consagración o la gloria para mi, pero esa segunda vuelta fue un gran cambio.
El equipo no venía bien y en el tercer o cuarto partido, contra Olimpo, atajé dos o tres mano a mano y un penal a los 15 minutos y a partir de ahí la gente conmigo fue increíble. Antes, durante y después me ovacionaban. Ese fue el quiebre conmigo, hasta el día de hoy voy a la cancha y ese cariño hacia mí no va a cambiar nunca.

Cuando Alberto Fernández pidió su buzo de arquero
Jugamos contra Racing, a los tres o cuatro minutos cobran penal para ellos, patea Maxi Moralez y lo atajo. Ese partido terminamos ganando 2 a 0. Cuando termina, viene el presidente del club y me dice: “Ponti mirá, Alberto Fernández quiere tu buzo”, yo le dije que sí pero no tenía ni idea de quien era. No sabía que era el secretario de Néstor (Kirchner).
Al lunes siguiente en la contratapa del diario Olé aparece Alberto con el buzo, contando la historia, que entró al despacho cargándolo a Néstor.
Después se dio por unos chicos de acá, que cuando ganó la presidencia le hicimos llegar un buzo y un par de guantes.

Deportivo Merlo y la decisión de retirarse
En 2010 cuando me fui de Quilmes iba a dejar de jugar y salió la oportunidad de Deportivo Merlo. Hacía un par de años que yo estaba viviendo acá en San Andrés de Giles y me quedaba a mitad de camino. Estuve dos o tres meses, y Leonardo Madelón, que era el técnico, no tenía entrenador de arqueros. Ahí dejé de jugar y empecé con ese cargo.
Los últimos partidos como jugador los sufría. Cuando dejo de jugar, se da la casualidad de que jugábamos en la Bombonera ahí dije: “bueno, ahora voy a tomar conciencia para saber si sigo jugando o no”. Y cuando estábamos haciendo la entrada en calor con los arqueros me di cuenta que lo estaba disfrutando de afuera.

Cuando surgió la idea de venir para El Frontón, ¿qué pensaste?
Un día me llamó Nano (Valli) para decirme que quería hablar conmigo y me comentaron la idea con Mauricio Dinardi. Yo les comenté sobre lo que yo veía de afuera, lo que se estaba haciendo mal, y creo que coincidimos con la idea que tenían ellos sobre el cambio futbolístico con lo que yo pensaba.
Yo les dije que me dejen pensarlo, pero que antes de tomar una decisión, yo estaba esperando otra cosa, alguna propuesta para dirigir en el ascenso. Les fui claro y ellos me dijeron que lo entendían y que la idea era armar un cuerpo técnico con gente del club por si yo me tenía que ir, que ellos siguieran trabajando en la idea y yo aporte desde donde estuviera.
Pero uno estando acá adentro, se encuentra con cosas que en otros clubes donde estuve no hay: un orden, lugares para entrenar, todo. Me sorprendí para bien y hoy estoy feliz de la vida.

Ahora, ¿cuáles son tus objetivos en el club a corto y a largo plazo?
Uno siempre tiene el deseo de ser campeón. Yo digo que los procesos y los proyectos los tenés que analizar el día que te vas. Vos podés salir campeón, pero si te vas y no dejaste nada, la verdad es que el proceso no fue bueno.
Yo creo que vamos en camino a hacer un gran trabajo, esto recién empieza. Nos vamos a fin de año, que esperemos que no suceda, y el técnico que venga va a encontrar un plantel de primera y un plantel de tercera capacitados para competir con cualquiera.
Una de las ideas es tratar que de los chicos que verdaderamente son diferentes jugando, entrenarlos y apoyarlos para que en tres o cuatro años puedan estar jugando en Buenos Aires y ojalá algún día lleguen a primera.